José Fabio Esquivel (nacido en 1974) es un artista contemporáneo que trabaja con carboncillo y cuya obra explora territorios liminales y paisajes psicológicos mediante una dramática técnica de claroscuro. Trabajando exclusivamente con carboncillo sobre papel, Esquivel crea composiciones muy detalladas que examinan los estados emocionales de las personas que viven al margen de la sociedad. Su práctica transforma los espacios de aislamiento potencial —umbrales urbanos, claros de bosques y límites arquitectónicos— en lo que él denomina «refugios transitorios».

La obra actual de Esquivel, la serie «Liminal Sanctuaries», representa dos años de intensa exploración de los espacios liminales donde las personas desplazadas encuentran un refugio inesperado. A partir de su formación en psicología y su distintiva sensibilidad perceptiva, combinadas con un amplio estudio de las tradiciones académicas europeas y rusas del dibujo, sus composiciones funcionan como experimentos de psicología visual que capturan las sutiles narrativas que existen en los espacios cotidianos. Su desarrollo artístico pasó de los estudios clásicos de retrato, naturaleza muerta y paisaje a su actual expresión personal a través del carboncillo, que requiere entre 40 y 60 horas por obra para lograr la profundidad atmosférica y la precisión psicológica que caracterizan su práctica.

Nacido en San Ramón de Alajuela, Costa Rica, en 1974, Esquivel estudió Filosofía y más tarde Psicología con especialización en psicoanálisis. Se dedicó al dibujo, concentrándose en el retrato, la naturaleza muerta y el paisaje antes de pasar al carboncillo para desarrollar una expresión artística más personal. Mantiene su estudio en Alajuela, Costa Rica, mientras desarrolla obras para coleccionistas norteamericanos y locales. Su práctica integrada incluye el interés por el diseño de muebles, lo que le confiere una capacidad excepcional para representar espacios arquitectónicos con precisión psicológica. Esquivel busca actualmente representación en galerías y prepara su serie «Liminal Sanctuaries» para su exposición.




“Mis obras representan espacios y paisajes liminales y psicológicos que concretan, en forma material y represntativa, los estados de ánimo y existenciales de quien está al margen de los suyos, que sufre la soledad pero más aun la imposibilidad de jamás no estar solo. Pasar por estos espacios es un viaje de dolor y aceptación. Pero justo en el momento de dibujar no hay angustia, esos escenarios no vienen de la mano de ninguna sensación displacentera, están cargados de una anticipación casi mágica, y por ello se vinculan, creo, con el realismo mágico literario. Hay algo de maravilla en ellos, de cosa sobrenatural, porque la melancolía que evocan en mi es dulce y producto de haber dejado atrás, quizás, lo más escabroso y temible del viaje.
La fascinación que el claroscuro ejerce en mí, es algo que no entiendo del todo, quizás se deba a que permite enfocarse en mensajes esenciales sin distracción. El claroscuro dramático es para mí más emocional y elocuente que el color, es el vehículo eficaz para lo que quiero contar porque también es la materia de que están hechos los callejones, los claros de los bosques y las aceras mal iluminadas. Y son esos, justamente, los lugares donde los individuos exhiliados se hallan consigo mismos y comprenden su condición de foráneos, esos son estados limítrofes donde el individuo que no comprende su lugar acaba migrando, y allí se entretiene contemplando la naturaleza o cualquier cosa inerte que llame su atención y lo distraiga. Pero la naturaleza y esos espacios urbanos tienen también una calidez para este sujeto, porque en su compañía no sufre el daño que sus semejantes a veces le causan. Es un lugar donde puede tener paz, son su hogar.
La confluencia de determinados espacios urbanos y naturales, el juego de luces, el chiaroscuro que los caracteriza en el imaginario, y finalmente, la catarsis emocional personal que en ellos acontece. Esos son los tres elementos que se conjugan en mi arte”
José Fabio Esquivel